jueves, 27 de noviembre de 2008

La historia de las dos listas

Harto de que todas sus relaciones acabaran en fracaso, Javier (nombre ficticio), decició coger el toro por los cuernos. Agarró un bolígrafo y ni corto ni perezoso decidió hacer no una si no dos listas. En una pondría todas esas características que quería que su nueva relación tuviera y en la otra escribiría: huevos, tomates y zumo de naranja, que era lo que se le había acabado en la nevera y tenía que bajar a comprar.

De esta forma en su primera lista escribió: que sea divertido, gracioso, amable, extrovertido, guapo, que le guste el teatro, pasear por el parque las tardes de domingo, que beba pero no demasiado, que haga deporte, que sea alto pero no más que yo, que tenga estudios, que le gusten los animales pero no los niños, que adore el helado de chocolate y que haya leído Mobby dick.

Tras entrevistar a miles de candidatos y comprobando que efectivamente, muy pocos habían leído Moby dick, Javier por fin encontró pareja. Desgraciadamente su relación también acabó en fracaso. Por eso, y en vez de sumirse en la tristeza y la apatía, Javier hizo otras dos listas. En la primera escribió todas aquellas cosas, que su siguiente chico NO tendría, ya que, si no era capaz de encontrar a alguien con las cualidades buscadas, al menos encontraría a alguien que no tuviese las que detestaba. En su segunda lista puso: mantequilla, jamón y zumo de naranja. Luego bajó a comprar.

De esta forma, en su primera lista figuraban: que no fume, que no se drogue, que no sea celoso, prepotente, vanidoso ni superficial y que no le gusten los animales pero sí los niños (por variar un poco). Esta vez, y aunque se olvidó de Moby dick, tampoco tuvo éxito y cuando sus siguientes relaciones se terminaron, lejos de desesperarse creó dos nuevas listas.

En su primera lista decidió escribir unos mínimos que le exigiría a su pareja: que sea fiel y que no sea un politoxicómano. En su segunda lista escribió: papel de cocina y zumo de naranja.

Así, cuando su siguiente relación también acabó en fracaso, Javier, lejos de deprimirse, de sumirse en la miseria o de perder la esperanza, se preguntó por qué siempre escribía zumo de naranja en su lista de la compra y tomó una radical decisión. Al día siguiente dejó de comprar zumo de naranja.

11 comentarios:

Christian Ingebrethsen dijo...

Un gran relato, lo mejor es que, sabiéndolo o no, le has puesto mi nombre al protagonista. A ver si hace como yo y en vez de comprar zumo de naranja compra batidos o zumos multifrutas. :P

Besos.

Yes dijo...

jjaja no tenía ni idea de que te llamases así xDD

multifrutas eh? inevitablemente le he dado un significado erótico-festivo, lo siento, soy un pervertido xD

Christian Ingebrethsen dijo...

Tranquilo, te aseguro que no me asusta en absoluto que seas un pervertido, es más, dudo que lo seas menos que yo. xd

Un besazo.

Chiqui dijo...

Sí lo es!

XDDD

PaRiSiTo dijo...

Jeje, me gusta :D

Pero creo que yo me quedo con la primera lista. Si no encuentro lo que busco, paso de rebajar para encontrar algo :P

Yes dijo...

Reikjavik: estupendo! fundemos un club de pervertidos entonces! siempre he querido formar parte de uno...

Chuiqui: jajaja cabron... no lo soy!

Parisito: yo por supuesto me quedo con la segunda, siempre he adorado el zumo de naranja como bien sabes...

Ferendus dijo...

jo..
yo no cumplo los requisitos de la primera lista, pero sí los de la segunda, otra cosa será que "Javier" cumpliera los de mi lista..

no acabo de pillar lo del zumo de naranja, con lo bueno que está!!

por otro lado, chiqui tiene razón XD
y no lo digo sólamente porque el otro día nos acusaras tú a nosotros (chiqui et moi) de los mismo!!! :-P


besos

PD: me ha encantado el post
me recuerda a la canción de la cabra mecánica con maría jimenez..
(la lista de la compra se llama)

En el mismo folio
la lista de la compra hay una cancion como un cupon
de los ciegos
rima la soledad
con el atun en aceite vegetal y en oferta
vaya precios sin competencia

Una mano pide al cielo la otra en el cajon del pan
hay manchas de grasa, de llanto, de tinta, estoy harto de tanto frotar

JB dijo...

Sabia decisión, todo el mundo sabe que el zumo de naranja no hay que comprarlo, está mucho mejor si lo exprimes tú mismo.

(Y que conste que hablo en sentido completamente literal, me da miedo no especificarlo después de que le encuentres sentido erótico-festivo a lo del multifrutas :P)

Anónimo dijo...

Hola.

Muchas gracias por tu comentario de hace unos días (perdona, acabo de llegar de fin de semana y se me había olvidado contestarte). Parece que te gusta mucho escribir, y eso creo que es algo que muchos de nosotros tenemos en común.

Estáte atento, dentro de poco actualizaré con este fin de semana tan graciosillo jejeje.

Un besote y gracias por pasarte! Yo volveré a hacerlo :)

Anónimo dijo...

Sí!! A las Islas Griegas que nos vamos de crucero. A mí me encanta la idea, a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Y en cuanto al finde en Toledo... sólo diré que hay fotos en las que salgo haciendo la voltereta en las camas xD.

Ais, qué malo es el alcohol

Anónimo dijo...

tendré que empezar a hacer listas para descartar a los malhechores de mi vida xDDD

Me encanta este post!