lunes, 6 de abril de 2009

Una fotografía

Una mañana cualquiera una turista americana sale por primera vez a la Puerta del Sol de Madrid procedente del metro y armada con su fiel amiga y compañera de viajes, una cámara reflex Canon. Decidida a no tomar las mismas fotos de monumentos europeos que cualquier otro turista haría, ella se decanta por captar momentos. Por eso se centra en la gente que en ese momento pasa por la plaza. Gente que va de compras, que pasea, y allá al fondo dos chicos sentados que conversan animadamente. Algo en ellos le llama la atención, no es por la belleza de la foto, sólo son dos chicos hablando con un fondo de obras que estropean la belleza del lugar, tanpoco hay una luz especial, ni ellos destacan por nada a parte de sus mochilas que denotan que van, vienen o están en mitad de algún viaje. El caso es, que les saca una foto.

Uno de ellos se da cuenta. - Nos están haciendo una foto- le dice al otro. Los dos sonríen y miran a la cámara pero ella ya ha captado el instante anterior, el que realmente le interesaba. No lo sabe pero ese momento que ahora lleva en su cámara es la despedida de esos dos chicos. Los últimos minutos que pasan juntos hasta que la distancia que les separa vuelva a hacerse por desgracia patente. Tampoco lo sabe pero simplemente hacían tiempo antes de coger ese mismo metro que a ella la ha traído hasta allí, y de lo que hablan es de algo tan ridículo como una tortilla de patatas que uno de ellos comió casualmente en los Estados Unidos.

Se aleja de allí cámara en mano y los dos chicos retoman su conversación bromeando acerca de la posibilidad de que algún día dicha foto llegue a hacerse famosa. - ¿Crees que algún día llegaremos a verla?- Dice el mismo chico de antes. - No, no lo creo... - responde el otro - aunque me encantaría...

Y es que esa chica, también sin saberlo, ha logrado con su cámara lo que yo intenté sin éxito durante todo el fin de semana: detener el tiempo para que siguiésemos juntos.

9 comentarios:

Christian Ingebrethsen dijo...

Ains, que bonito, a veces la distancia es una jodienda, pero cuando el amor es más grande que esta todo sigue adelante.

Un besazo.

mytemptation dijo...

...lo has detenido justo en el instante preciso con tu entrada, casi ná...bss

Psic.Yoyo dijo...

Buen relato.. buena manera de contar esa tu historia con ese chico... como dice el comentario anterior.. lo has detenido con tu entrada... la neta me gusto mucho tu relato...

Winnie dijo...

La fotografia es una manera de parar el tiempo y crear una historia...pero no olvides nunca que siempre sigue existiendo la posibilidad de seguir fotografiando...y...la vida ¡nos sorprende tantas tantas veces!... Besos

Pueblerino Cool dijo...

¡Qué texto tan bonito!

El tiempo no se puede parar, pero siempre podemos detenerlo en la memoria, lugar donde quedan los buenos momentos.

¡Un besote!

Tarn dijo...

Ains, las despedidas siempre dejan un regusto amargo...
Un beso!

Mercure22 dijo...

La distancia es una mierda, te lo digo por experiencia. Aunque depende, no es lo mismo si los ds estáis en españa, aunque a veces, como dice una amiga, no hace falta distáncia una relación callao-atocha ya es dificil.
aix... es lo peor este momento, reucero nuestra primera despedida en el aeropuerto que tenía un nudo en la garganta y no podía casi ni hablar y la de Burdeos ya ni te digo... Ojalá alguien nos hubiera fotografiado mientras nos dabamos el último beso o el último abrazo... aunque si lo hicieron no me di cuenta.


besos

Anónimo dijo...

¡¡Jugad a El Bruto!!

http://aura-kijutsu.elbruto.es

El peregrino dijo...

La fotografía nos engaña, nos da la apariencia de inmortales, capta un mundo parmenídeo y redondo. Pero la vida es fluir, irse, despedirse, partir.
Enhorabuena por el blog. Seguiré por aquí.
Saludos desde Bogotá.